Pues parece que si, o al menos eso dice Rachel Simmons. Yo al principio he pensado que era algo irónico, pero si escucháis su razonamiento podréis contrastar vuestro concepto de inteligencia emocional y tal vez como yo, llegar a la conclusión de que vuestra idea no era la correcta.
Si, es verdad que a emociones no nos gana nadie, las tenemos todas pero ¿las sabemos gestionar? ¿comprendemos lo que sentimos y lo aceptamos? o realmente lo que hacemos es asfixiarlas.
En la infancia se nos enseña que hay que ser buenas, eso significa ser amable, no enfadarse y cuidar/pensar en los demás; no es dificil imaginar en la cabeza de una niña la identificación de la emoción de tristeza como algo negativo y por lo tanto con una posible causa de rechazo. Si soy buena me quieren, si no lo soy no me quieren.
En una edad adulta los motivos son distintos, ya adiestradas en esa ocultación de emociones, sacarlas a la luz podría identificarse con debilidad y aaaaamiga, también hay que ser fuertes.
Nunca es tarde para empezar, cada minuto de un día cualquiera es bueno para cambiar…..y empezar a desarrollar nuestra inteligencia emocional, esto provocará que seamos fuertes en nuestras relaciones….no lo dudeis nuestro potencial es enorme.
La doctora Simmons dice que es en la familia dónde se debe empezar a dar una enseñanza emocional, y eso se hace dando ejemplo en la comunicación de nuestros propios sentimientos, solo así nuestros hijos nos hablarán de los suyos.
Un ejemplo: Me siento muy contenta por poder compartir con vosotras esta entrevista porque os puede ayudar a identificar vuestras emociones y a no ocultarlas. Tampoco quiero ocultar mi tristeza por no haber tenido antes esta información para utilizarla en la comunicación con mis hijos en sus primeros años…bueno, nunca es tarde.